Desde que From Software comenzó con la saga Souls, muchos jugadores han tomado estos juegos como referentes de la dificultad en los videojuegos. Asimismo, muchos jugadores, en especial los veteranos de las primeras eras de videojuegos, han querido aclarar que existen videojuegos anteriores a esta saga que, en comparación con esta, eran mucho más difíciles.
Otros argumentan que los jugadores de las generaciones de videojuegos más recientes han crecido con títulos más fáciles en comparación con lo visto en su época, y que por lo tanto los videojuegos de esta saga son algo nuevo para ellos. Es por esto, según esa idea, los jugadores que ven los Dark Souls y Demon's Souls como juegos de culto por su dificultad, "no tienen idea" de lo que es la dificultad.
Bien es cierto que muchos juegos "antiguos" pueden llegar a ser mucho más desafiantes que los juegos de From Software, pero me gustaría puntualizar un aspecto importante sobre ambos desde mi punto de vista. He terminado los dos juegos de la saga Dark Souls y he jugado un poco a Demon's Souls, pero no he probado muchos juegos clásicos de los que se consideran muy difíciles, aunque sí los suficientes como para hacerme una idea de la clase de videojuegos difíciles que se jugaban hace muchos años. Esto me ha permitido llegar a una conclusión importante, que es la que me gustaría exponer.
No hace mucho tiempo que entré en el mundo de los videojuegos. De hecho, empecé con la PlayStation 2, por lo que no tuve la ocasión, cuando era pequeño, de jugar a juegos clásicos. Hace relativamente poco tiempo que me interesé por ellos, después de haber jugado a los títulos de From Software los cuales, por supuesto, me sorprendieron y encantaron por su nivel de dificultad adictiva. Yo también los consideraba juegos de culto en lo que a dificultad se refería. Poco después, probé juegos clásicos de alta dificultad.
Muchos me encantaron, otros no tanto. Y es aquí cuando me di cuenta del motivo por el cual la saga Souls tenía algo especial. En mi opinión, no es sólo el hecho de que, dentro de una generación acostumbrada a juegos relativamente más fáciles, estos juegos destaquen notablemente sobre los otros al comparar su capacidad de ponernos a prueba. El factor decisivo en el éxito de esta saga es algo más:
Los videojuegos de la saga Souls presentan un desafío difícil al jugador, pero sin llegar a ser frustrante.
Esa es, en mi opinión, la clave, lo que convierte a esta famosa saga en una obra maestra. Al jugar y comparar estos juegos con juegos catalogados como difíciles de anteriores generaciones, me di cuenta de que, realmente, no es demasiado complicado hacer que un juego sea difícil. Por ejemplo, los desarrolladores podrían simplemente diseñar el juego de modo que cada vez que nos equivocamos, tengamos que volver a empezar todo el juego desde el principio. No es algo que requiera mucha imaginación para poner en un aprieto al jugador y, de ese modo, tener un juego "difícil".
Lo que muchas veces se pasa por alto (a mi parecer) es el hecho de que muchos juegos que siguen estas mecánicas tan "simples" para plantear un desafío al jugador acaban resultando frustrantes, lo cual no es divertido para la mayoría de jugadores. Hacer un juego difícil que guste al mismo tiempo no es tarea fácil, y es por eso por lo que considero estos juegos como obras maestras, porque precisamente logran justo eso: son difíciles, penalizan severamente al jugador cuando éste falla, y al mismo tiempo, resultan muy entretenidos de jugar. Fallar no quita las ganas de jugar del usuario, sino que le insta a volver a intentarlo. Creo que pocos juegos logran eso hoy por hoy.
Estoy muy convencido de que la inmensa mayoría de los jugadores odian tener que volver a empezar todo un nivel desde el principio, perdiéndolo todo únicamente porque han tenido un despiste o un descuido cuando estaban a punto de terminar o de llegar a un punto de control. Ese tipo de situaciones son las que resultan frustrantes para los jugadores, las que quitan las ganas de continuar jugando a un juego "difícil".
Para concluir diré que, desde mi punto de vista, Dark Souls, Dark Souls 2 y Demon's Souls realmente no pueden compararse con muchos de los juegos clásicos con los que se los suele comparar en términos de dificultad. Estos juegos resultan adictivos, desafiantes y no desesperan al jugador (al menos, no hasta el punto de perder el interés por el título), mientras que muchos de los otros juegos simplemente resultan frustrantes (no todos, por supuesto. Hay también obras maestras clásicas). Aún así, esto no quiere decir que los juegos que yo califico de "frustrantes" sean malos o que no gusten a nadie. Más bien al contrario.
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