[Opinión de usuario] ¿Es Super Mario Odyssey realmente una obra maestra? WiiU

Es muy complicado no disfrutar como un enano al jugar con los juegos de Mario. Tantos años han pasado y sigo tan emocionado por sus juegos como el primer día y cada uno de ellos es un pequeño trocito de mi infancia. Sin embargo, en las Navidades de 2007 recibí un regalo que cambiaría mi forma de ver al fontanero: Super Mario Galaxy, el cual sigo considerando el mejor Mario de todos los tiempos hasta la fecha.

Ahí surgió mi mayor duda respecto al futuro de la franquicia: ¿Cómo podría Mario tan siquiera igualar lo que supuso la fabulosa obra de Wii? Este año, la respuesta parecía clara para muchos medios: con Super Mario Odyssey, el cual recibió la misma puntuación en Metacritic que el anteriormente mencionado, un sólido 97 sobre 100 con diversos 10/10 en cantidad de páginas.

Para mí, Super Mario Galaxy es una obra maestra. Pero ¿lo es Mario Odyssey? Pongámoslo a debate. Ya que ambas obras poseen la misma puntuación, no repararé en compararlas, así que para leer esto doy por sentado que has jugado y has superado ambos juegos.

Recordad que es una opinión y no tenéis por qué estar de acuerdo.

En este aspecto no hay mucha queja por dos motivos de peso:

El primero es que habituarse a Cappy es muy sencillo, casi espeluznante. A veces me da la sensación de que el uso de su gorra es una habilidad que el fontanero siempre ha tenido porque siento que desprende un aire familiar.

El segundo es que los controles son muy simples pero de combinaciones muy variadas. En este aspecto es comparable a Super Mario 64 (el cual introdujo el salto bomba, el salto de pared, el salto doble, el salto triple, el salto mortal y el salto lateral, entre otros), ya que rescató lo mejor de las mecánicas vistas en los juegos previos y les añadió todo un arco de movimientos de fácil control. Tan extensa es la gama de movimientos permitidos que el juego se puede pasar con el contador de saltos a cero, algo impensable para cualquier otro título que lleve el nombre del fontanero.

Cappy puede ser usado para capturar enemigos, golpearlos, activar mecanismos, saltar más alto o a mayor distancia. Sin embargo, se siente más como un personaje que como un arma. Este error lo tuvo Super Mario Galaxy, y me gusta que lo hayan corregido. Me explico.

El Destello que te otorgaba el poder del giro en Super Mario Galaxy hace acto de presencia tres veces a lo largo del juego: en el inicio, tras conseguir una Superestrella y en la última cinemática del juego. También aparece momentáneamente después de hacer un giro, pero aun así nunca siento que esté ahí.
Cappy, sin embargo, hace comentarios a menudo, te notifica si en algún área hay alguna Energiluna o alguna moneda local, y si sueltas el mando saldrán sus ojos a mirarte. Si a esto le añadimos aquello que el Destello ya tenía, obtenemos un personaje secundario con mayor peso en la historia y en la jugabilidad.

En cuanto los controles de las capturas, me parecen francamente perfectos. Cuando vi el trailer oficial por primera vez, pensé que el hecho de poder capturar enemigos iba a facilitar muchísimo las cosas, pero me llevé una sorpresa muy agradable ya que no era para nada así. Los Goombas, por ejemplo, pueden correr, saltar, apilarse y no resbalan en el hielo, pero carecen de ataque y son extremadamente vulnerables en torre. Los Chomp Cadenas pueden realizar golpes muy fuertes, pero su radio de movimiento es muy limitado y su ataque implica abandonar su cuerpo. Y así con todos y cada uno de ellos. Sólo hay uno que creo que es demasiado poderoso, pero ya hablaremos de él más adelante.

El inicio de Mario Odyssey es una declaración de intenciones muy obvia: tras años de batalla, Bowser ha tomado la iniciativa y se va a casar con Peach a la fuerza. El juego nos introduce en una tensa batalla en la cual Mario claramente pierde y su gorra queda destruida. El inicio de este icono roto me parece una maravilla.

Sin embargo, aquí viene mi primer error: la presentación de Cappy es demasiado vaga para mi gusto (mejor no hablemos de la de Tiara), y me da la sensación de que su personaje da juego para muchas cosas que quedan en una mera oportunidad perdida, haciendo que la alianza entre ambos se vea algo rara pese a tener sentido en el contexto de la obra.

Con esto quiero decir que el personaje de Cappy se me hace bastante genérico. Los Destellos, sin ir más lejos, hacen su primera aparición invitándote a jugar al escondite, por lo que puedes notar su actitud infantil pero entrañable, igual que sucede cuando llaman a Estela "mamá".

El juego hace honor a su nombre de manera muy correcta. Estamos en una odisea y por lo tanto es una aventura donde no puedes saltarte un reino o volver atrás para conseguir Energilunas: si quieres avanzar en la historia, debes explorar un reino hasta conseguir las lunas que necesitabas y seguir adelante. Ya que es obligatorio depositar las lunas que lleves encima antes de cambiar de reino, nunca puedes volver atrás si quieres conseguir esa luna que te falta para desbloquear el siguiente reino: debes encontrar combustible desde donde te encuentras.

Me gusta que nunca se llegue a perder el hilo de la trama principal. Cada reino tiene un componente que Bowser usará en su boda: el anillo de unión, el vestido de ensueño, etc., por lo que el hecho de que éste pase por todos estos reinos está justificado aunque quizás suene algo forzado. Además, hay carteles promocionando la boda por todos lados.

El hecho de que sólo coincidas una vez con Bowser antes de la boda por pura casualidad me parece muy buena idea. Y el final con Mario poseyendo a Bowser y Peach rechazándolos a ambos me parece un final interesante, pero le veo un problema del que ya hablaremos más adelante.

En resumen: la historia quizás no tenga la potencia de la de Super Mario Galaxy, pero asume los roles de los personajes de manera muy correcta y yo la considero más que aceptable.

Los escenarios son muy variopintos. Cada reino tiene una temática muy distinta y se puede apreciar que los creadores han puesto mucho cariño en ellos. Todos están llenos de pequeños detalles que te hacen sonreír, lo cual considero fantástico. De hecho, en muchas ocasiones me he encontrado intentando durante horas hacer una fotografía perfecta de un paisaje de algún que otro reino porque serían fondos de pantalla increíbles. Se nota la dedicación que han puesto a cada nivel.

Sin embargo, los reinos más lineales se me hacen algo pesados a veces: hablo del Reino Cúmulo y el Reino en ruinas. Mientras que el segundo me gusta por su estética gótica y tenebrosa, el primero me parece muy básico. Se nota que su presencia es mero relleno y las lunas regulables son bastante sencillas, pero de eso hablaremos más tarde.

Si hay algo que debo admitir de estos reinos es que es increíble ver cómo algunos sufren cambios considerables tras conseguir alguna Energiluna, como es el caso del Reino de las Arenas o el Reino de los Fogones.

Algo que han mejorado respecto a Mario Galaxy es hacer que el mapa no parezca el clásico mapa de un plataformas, por lo que la exploración es más amena: vas por el mapa como si te hallaras en una tierra desconocida que no parece estar hecha expresamente para que Mario la explore (tanto es así que muchos saltos se fallan fácilmente, mucho más fácilmente que en el juego anteriormente mencionado). El problema llega cuando se rompe esa norma. Muchas de las Lunas que requieren entrar por una puerta o tubería parecen hechas con un editor básico de videojuego de plataformas. Y sí, ya sé que para la descomunal cantidad de lunas que hay es normal que le dedicaran más tiempo a crear un nivel que supusiera un reto a un nivel estéticamente bonito, pero en mi caso, esta forma de ver el juego me saca completamente de la inmersión a la que estaba sometido.

De hecho, me recuerda en este aspecto a los Santuarios de Breath of the Wild: entras en ellos, cada uno te plantea un reto diferente, tienes una Energiluna (Símbolo de valía) al final y para los que quieran completar el mapa, una Energiluna oculta (cofre secreto). Esta mecánica es idéntica: si hay una luna, habrá una secreta también; por lo que la "exploración" pierde un poco el sentido. Y sí, hay algunos que están hechos explícitamente para poner a prueba tus habilidades con una captura por ejemplo, pero creo que su diseño es en ocasiones demasiado sencillo.

Empecemos por lo bueno: Super Mario Odyssey tiene dos canciones que pasarán a la historia de grandes éxitos de Mario, que son la del Reino de las Cataratas y la del Festival en Nueva Donk. La primera es simplemente preciosa y sin duda en poco tiempo será más que nostálgica, y la segunda se ha incluido en el juego de manera que se pueda disfrutar mucho (aunque para el marketing la hayan sobreexplotado una barbaridad). La banda sonora del resto de reinos es más que decente y en ocasiones muy pegadiza, y gran parte de ellas tiene una espectacular versión en 8 bits para las secciones 2D.

Una de las cosas que más me ha gustado es que al usar ciertas capturas como el circuito eléctrico o el Banzai Bill, se le añade un instrumento que casa a la perfección con la música que está sonando.

Sólo tengo dos pegas: la primera es que la música de ciertos niveles se repite en todos los reinos y se vuelve increíblemente cansina (me refiero a la de los subniveles con dos Energilunas) y en muchas ocasiones no alcanza el nivel de la de Super Mario Galaxy (prácticamente en ninguna ocasión). Sobre todo al final del juego, la música me parece poco convincente y poco referente para un final épico.

Y la segunda, por raro que suene, es la opción de seleccionar la música que quieres mientras juegas. Cuando alguien pone una canción específica en un tramo de una película o juego es para transmitirnos sensaciones a través de su música más allá de las que se muestran por pantalla, y me da la sensación de que cambiar esa sintonía que acompaña la escena hace que se pierda el mensaje.

Sin embargo también debo defender esta decisión: si por algo se caracterizan los videojuegos es porque cada partida es un mundo distinto y el hecho de poner la música que prefieras le da un nuevo sentido a la frase. Además, si estás en un tramo complicado, es mejor escuchar una canción que te anime que la que haya de serie si te agobias.

Seamos sinceros: los jefes no son ningún reto. Al igual que en entregas más "casuales" como New Super Mario Bros. U, tenemos a ciertos jefes de nivel que se repiten (en este caso, los Broodals) cuyo único sentido es estorbar un poco. Eso sí, me gusta de sus diseños el hecho de que sus ataques sean mediante un sombrero porque ensalzan el sentido de la obra.

Los jefes más interesantes son los jefes que no se repiten como la Floruga mecánica o el ovni que absorbe flores porque son los que verdaderamente ponen a prueba tus habilidades con las capturas.

El jefe final parece estar hecho más por fanservice que por ser un reto del juego. Realmente es una batalla de ensayo y error y no solo no supone una dificultad ridículamente sencilla, sino que además se hace extremadamente corta.

Sin embargo, creo que hay un sentido detrás de todo esto: Mario es un juego para todos. Los jugadores más jóvenes o noveles podrán superar el juego por su nivel de dificultad, y los más experimentados podrán batirse en intentar completar el juego. Creo que por eso existen las batallas "mejoradas" del Reino Champiñón: para aportar un reto al nicho de jugadores más competitivos.

Las Energilunas ayudan a potenciar el sentimiento de odisea: una vez consigues una, permaneces justo donde la conseguiste previamente para seguir con tu viaje, sin necesidad de empezar de cero.

Con las Energilunas sucede lo mismo que con los jefes: las hay muy fáciles de acceder para los principiantes y mucho más complicadas para los expertos. Sin embargo, se me hace frustrante que se valore igual hacer una combinación de saltos imposibles que hacer un mísero salto bomba: la moneda es la misma, una luna.

Tampoco me gustan las lunas que se repiten en cada mapa: hay un Toad que quiere que le busques una canción, un ave que brilla, Peach viajando, ese habitante del Reino Sombrero que quiere ver un enemigo de cerca, el perro rastreador, esa roca irrompible, el taxista...

La única de esta categoría que se salva es la carrera de Koopas porque no sólo supone un verdadero reto en modo experto, sino que además también es útil para conocer mejor el mapa y descubrir rutas secretas u obligarte a ti mismo a mejorar aprendiendo nuevas combinaciones de saltos.

Así que en general me parece que tantas lunas no eran necesarias, pero no está tan mal intentar conseguirlas todas. Además, el factor rejugabilidad que hay en cada reino es mu disfrutaba y no suele verse forzoso.

Este juego intenta evocar a la nostalgia todo el rato. La gran mayoría de trajes de la tienda corresponden a una época pasada de Mario u a otro personaje de la saga, las secciones 2D son una vuelta a los orígenes del fontanero, el Reino Champiñón con su Yoshi en el tejado, sus Estrellas y su traje de Mario 64 no pueden traer mejores recuerdos. Sin embargo, hay algunas piezas más o menos imperceptibles que están hechas para quedarse en tu memoria: la canción del Reino Luna parece la canción de final de nivel de Super Mario Galaxy y que me aspen si la del Reino de las Cataratas no quiere imitar a Gusty Garden Galaxy.

Lo que más me ha llamado la atención de este juego en cuanto al universo Mario es la cantidad de referencias que hay a los previos juegos y la maestría con la que las enlazan, ya que también dejan ciertos detalles de otros juegos de la saga y no desentonan para nada: el árbol mapache de Super Mario 3D Land, los sprites de Mario Felino y Peach Felina, la visión de Mario de todas sus batallas con Bowser al capturarlo...

Realmente, este ese el primer juego que veo que intenta enlazar a todos los de la serie de una manera una otra, y de hecho hay al menos un elemento de cada juego previo del fontanero.

El problema llega cuando se prioriza el fanservice a la calidad del juego. A ver, la gran boda es puro fanservice y el hecho de controlar grandes enemigos del fontanero de todos los tiempos, también; pero yo me refiero a ese final donde capturas a Bowser para huir dejándolo todo atrás. El nivel es de los más sencillos del juego, y se nota que quieren priorizar el hecho de que estés controlando al que siempre fue tu poderoso archienemigo a dar un final complicado que te deje satisfecho, lo cual no me acaba de convencer.

De todos modos, la cinemática final, pese a ser puramente hecha para los fans (porque vamos a ver, una escena con Bowser y Mario pidiéndole matrimonio a Peach no puede tener otra intención) creo que funciona con la historia.

La obra, en mi opinión, no es merecedora de un 97 sobre 100. No me parece comparable a Super Mario Galaxy ni creo que sea el mejor juego de Mario jamás creado. Tampoco creo que sea una obra maestra.

Sin embargo, sabe sacar provecho de sus méritos: ha logrado darle a los fans del fontanero lo que tanto tiempo llevaban buscando y era una forma de juego nueva que les transmitiera las ganas de jugar que hasta ahora sólo cierto juego de Wii había logrado.

La obra cumple con su función generacional y será el "Mario Galaxy" de las generaciones venideras, no cabe duda, y se nota el esmero y cariño que Nintendo ha puesto en crear algo de calidad.

Por ello, pese a no considerarlo obra maestra, creo que es uno de los mejores juegos de la saga Super Mario y sabe mantener el nivel, lo considero un juego cien por cien recomendable.

Sé que me he dejado muchos temas por tratar, pero no quería extender demasiado el artículo, creo que he tratado los que eran para mí los temas más importantes.

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