Este texto contiene posibles spoilers sobre algún título de reciente publicación.
(medio año aprox desde su comercialización)
Es indiscutible que en las últimas décadas los personajes LGTB han ido ganando presencia en la gran pantalla, la ficción televisiva y la literatura - si bien muchas veces cayendo en tópicos poco realistas y trillados clichés -. Hace poco el equipo de Vrutal informaba sobre un intento de normalizar y dar presencia al colectivo homosexual en la industria de los videojuegos introduciendo un personaje abiertamente gay en Dragon Age: Inquisition, la próxima entrega de su exitosa saga, Dragon Age. Dejando aparte el interés publicitario que pueda haber detrás de esta decisión y que, viniendo de la desarrolladora BioWare no es algo que llame especialmente la atención. Dicha publicación me ha animado a realizar una pequeña reflexión e investigación sobre cuál es la imagen que ofrece la industria de los videojuegos de este colectivo con sus productos.
¿Cuánto hemos avanzado?
Algo es evidente, las cosas están cambiando, en poco tiempo hemos pasado de que uno de los pocos personajes gay - y travesti, en este caso -. De la industria fuera el/la adorable Birdo (de momento no hemos conseguido que nos conceda unas declaraciones para saber como prefieren que nos refiramos a él/ella) a poder decidir nosotros mismos la sexualidad de nuestro protagonista en videojuegos como el ya citado Dragon Age, Mass Effect, Skyrim... O a tener personajes homosexuales, o que al menos han experimentado cierta atracción sexual por individuos de su mismo sexo, del nivel y la complejidad de Ellie de The last of us. Hago esta aclaración ya que el público no está muy de acuerdo en si es verdaderamente homosexual o si ese beso entre ella y su amiga Riley Abel s sólo fruto de la tensión del momento y la sombra de una inminente despedida.
Las diferencias están ahí, hemos pasado de un montón de personajes cómicos, cliché y/o ultrasexualizados a insinuar que uno de los personajes más queridos de los últimos años, y protagonista nada más y nada menos que de un título de Naughty Dog, empresa querida donde las haya que nos dio a los irreverentes Jax & Daxter, al simpático Crash y las increíbles aventuras de Nathan Drake - amor platónico de muchas, que lo se yo -. Es homosexual; e insinuaciones a parte, The last of us ya nos ofreció antes de su DLC un personaje abiertamente homosexual, Bill, el ¿amigo? de Joel que descubriría durante el desarrollo del juego que su pareja,al parecer habían tomado caminos separados tras una suerte de crisis, no había tenido un final precisamente feliz.
Hago aquí una breve pausa para manifestar lo muchísimo que me gustó el personaje de Bill ¿por qué? Muy sencillo, porque es un hombre. No, no me ha dado un golpe de calor ni pienso que los usuarios de Vrutal tienen todos miopía grave y no se dieron cuenta por si mismos, lo que quiero decir es que es Naughty Dog no se centró en ese detalle sin importancia del personaje, no creó al gay femenino y estereotipado que estamos aburridos de ver en multitud de sit-coms y comedias románticas - y en muchos videojuegos, porqué no decirlo, como todos los de la franquicia Cho Aniki o Makoto de Enchanted Arms -. Sobre los que lo primero que piensas al ver es "este es gay" . Personalmente creo que fue un gran acierto por parte de ND y que dieron una imagen muy fiel a la realidad, en definitiva, mostraron a un tío completamente normal.
Y no debo ser la única a la que conquistó el viejo y gruñón Bill ya que GLAAD (Gay and Lesbian Alliance Against Defamation) le nombró personaje gay del año por la imagen natural y normalizada que ofrece sobre algo tan natural y normal como la orientación sexual de cualquier persona.
Hay quien sigue metiendo la pata
Vale, ¿quién no ha oído hablar del Tomodochi life? Quien visite habitualmente páginas dedicadas a los videojuegos lo habrá tenido difícil para no leer al menos un par de noticias de este simulador de vida del gigante japonés Nintendo. El problema viene cuando la comunidad de internautas no se ha hecho eco de la calidad del juego o de las innovaciones que ofrece sino de que en el susodicho título no se podrán crear parejas homosexuales, ni muchísimo menos matrimonio, aunque, como de costumbre; el ingenio suelo ir un pasito por delante de las prohibiciones y los usuarios japoneses ya se la apañaron para que los Mii's femeninos tuvieran la apariencia más masculina posible y así poder "tener" las parejas del mismo sexo (a falta de pan...) que estaban demandando y que la compañía se negó a a ofrecer.
La situación dio otro giro de tuerca cuando los deseos de muchos usuarios se hicieron realidad gracias a un Bug que, efectivamente, permitía las relaciones entre personajes del mismo sexo. Nintendo se apresuró a "solucionarlo" suscitando la crítica internacional y las quejas de muchos jugadores. Entre ellos, Tye Marini, un joven gay de 23 años procedente de Arizona y fan de Nintendo, que comenzó una campaña instando a la empresa a permitir que parejas del mismo sexo. De momento la compañía promete que habrá parejas homosexuales en la secuela de Tomodochi Life - no en el original -. Pero del dicho al hecho... Habrá que esperar para ver si las palabras no caen en saco roto.
A veces el enemigo está en casa
O esto es lo que deben pensar muchos sobre Michael Patrick, creador del polémico juego Ultimate Gay Fighter; un juego de lucha al más puro estilo Street Fighter que ya debería haber llegado a las principales plataformas y que se ha retrasado sin motivo aparente. Patrick se defendía de los dedos que le señalaban acusándole de ridiculizar a los homosexuales con las siguientes palabras.
“Como gay pienso que si te permites reírte de un estereotipo de una manera no cruel, ese estereotipo pierde fuerza. ¿Por qué no reírnos y disfrutar? Cada personaje es una carta de amor a mis hermanos y hermanas homosexuales”.
Las intenciones del muchacho no parecían malas, pero no todo el mundo ha visto igual de gracioso ver a una lesbiana marimacho, un gay reprimido, un drag queen y alguno que otro que cuando se emborracha es bisexual dándose de leches por considerarse estereotipos despectivos que no hacen ningún bien a la representación de los homosexuales en un ámbito en el que empiezan a normalizarse como antes lo hicieran en la televisión y el cine como es el de los videojuegos.
El dichoso juegecito, que pretendía ser una "burla a las burlas, por así decirlo, parece habérsele ido de las manos a su creador ya que ha suscitado una polémica brutal entre la comunidad gaymer - y sí, la curiosa palabrita existe, yo no tengo tanta imaginación como para que se me ocurra algo tan ingenioso y ridículo al mismo tiempo .
Para ir terminando
Si alguien ha llegado al final de este artículo un tanto extenso y alejado de la dinámica relajada habitual de esta web (dinámica que personalmente adoro) mil gracias y menos lloros, que esto ya se acaba y dejo de dar la chapa.
La comunidad LGTB se ha ganado a pulso y con pasos de gigante un lugar en el mundo del ocio electrónico, poco a poco hemos ido dejando atrás a los Birdo, a las hermanas Brailey de Dead Rising 2 y el jugar a la ambigüedad porque "creaba morbo" como con Zangief de Street Fighter para conocer personajes homosexuales cuyas preferencias sexuales no son sobre-explotadas ni el rasgo que les define como individuos, sino simplemente un detalle más. Pero personalmente siento que falta algo. Hay un asunto que me crispa, me entristece, me enerva y me hace parar a preguntarme:
¿De verdad los aficionados al mundillo somos tan retrógrados que rechazaríamos a un Solid Snake gay, un Nathan Drake bisexual o una Jodie Holmes lesbiana? ¿De verdad una industria con un público tan joven, gente moderna y supuestamente avanzada no puede permitirse crear un héroe homosexual por miedo a perder clientes?
El cine, la televisión e incluso los cómics ya lo han hecho, ahí tenemos a Linterna Verde con su flamante marido y DC también ha anunciado que muy pronto uno de sus personajes principales saldrá del armario.
El día en que el protagonista de un videojuego sea abiertamente gay me sentiré orgullosa. No soy de ese tipo de gente que cree que jugar a videojuegos es lo que les define como individuos. Los videojuegos son para mi una afición, algo de lo que disfruto; que me ayuda a evadirme de los problemas y me lleva a conocer nuevos lugares como haría un buen libro, serie o película, pero aún así, aunque soy consciente de lo heterogénea que es la comunidad de jugones - aquí, reivindicando el castellano, tanto anglicismo, tanto anglicismo -. El día que los aficionados tengamos un protagonista homosexual, me sentiré enormemente feliz al comprobar que no nos hemos quedado atrás.
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