No entiendo la relación. Como Roma, es la más civilizada y no deja de tener luchas a muerte. Lo único que demuestra es que el resto de Tamriel es maldita barbarie , COMO ESOS PUTOS ELFOS NARCISISTAS DE LOS COJONES, SIEMPRE TOCANDO LOS HUEVOS DESDE EL MORROWIND
#3 @intestino Si le quitas la "s" y le pones un "and", tenemos el titulo de una peli porno de polis y cacos ( ͡° ͜ʖ ͡°)... Ya se que estoy enfermo pero por suerte no es contagioso.
El caso es que los luchadores son hombres libres que combaten en la Arena de manera voluntaria, nadie les obliga a poner en riesgo su vida y si lo hacen es por voluntad propia y de mutuo acuerdo entre las dos partes, pudiendo participar en los combates cualquier persona/ser/criatura/cosa que así lo desee, sin distinción de edad, raza, sexo o número de cuernos. A mí eso me parece de cultura bastante avanzada.
si, y asi evitaban que mi ira por cagarla en una quest arrasara con los pobre habitantes de la ciudad, yo lo veo una solución aplicable a toda época xD
#17 @erringmelkor siento disentir. Sí, muchas facciones son moralmente cuestionables en muchas cosas, sin embargo, los Thalmor tienen un concepto de superioridad moral y racial que supera a cualquier otra. Ya no es por poder, ni por dinero, es por que realmente se creen superiores al resto, tal es así que se consideran ya amos de Tamriel, de los demás mer y de las razas humanas, véase en Skyrim, aunque esa moral se refleja también en las tres entregas (las dos primeras no las cuento por que no mucha gente lo ha jugado, ni yo)
#7 @PeterGuy es INCREIBLE lo que la gente se implica con la historia, politica, cultura... de los elder scrolls xD en serio, mirad cualquier cartel de un elder y siempre hay alguna conversacion super compleja sobre usos y costumbres, racismo etc xD
Claro indicativo de que has hecho un gran trabajo con la saga :)
#14 @erringmelkor Las únicas peleas "obligadas" que recuerdo de Oblivion eran de unos argonianos a los que les ofrecieron su libertad si te mataban, el resto de los contendientes eran buscadores de gloria.
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