Final Fantasy VIII cumple 15 años otros

Si pensamos en el Final Fantasy más especial para todo el mundo, seguramente pensemos en la séptima entrega de la saga. Y es que la considerada como época dorada de la saga incluye las tres entregas que aparecieron para la primera Playstation. Tres entregas con las que muchos se iniciaron en el mundo de los juegos de rol por turnos que nos metían dentro de una historia mágica que duraba cantidades incontables de horas, con muchos secretos y espectaculares secuencias generadas por ordenador. Final Fantasy VIII cumple quince años y bien merece un repaso a todo lo que supuso para la saga.

Después del éxito de Final Fantasy VII el listón estaba muy alto para Squaresoft. Se tomaron varias decisiones que afectarían al desarrollo del juego, algunas populares y otras no. En primer lugar se abandonó el aspecto superdeformed que mostraba a los personajes cabezones y con muchos polígonos. Gracias a eso, conseguimos un aspecto más realista durante la exploración. La segunda decisión importante fue limitar el uso de la magia por unidades que sólo podíamos conseguir en puntos en concreto del escenario o mediante el comando "Extraer" en pleno combate. Esto complicaba las cosas y podía hacer el sistema algo repetitivo para algunos.

Otra de las innovaciones clave fue introducir el nuevo sistema de GF's (invocaciones) que resultaban más importantes que nunca y nos daban habilidades exclusivas. Estas invocaciones mostraban una larga y espectacular secuencia de vídeo que no podíamos saltar y en algunos casos era desesperante. Recordamos con especial cariño la invocación de Odin, que podía aparecer a mitad de combate para cortar a nuestro enemigo en dos de varios espadazos. Nunca perdonaremos a Seifer por lo que pasó...

El protagonista de Final Fantasy VIII cumple todos los requisitos del arquetipo de personaje principal de decena de RPG's de la época. Un joven con problemas de memoria con un gran sentido de la justicia que se ve obligado a liderar un pequeño grupo de personajes con una gran carga emocional a sus espaldas. El problema es que Squall resultaba un poco borde y a veces demasiado pesimista, resultando odiado por un buen número de seguidores.

Squall forma parte una escuela militar en el Jardín de Balamb. Empuña un sable pistola y tiene un misterioso colgante de un león en el cuello. Desde el principio del juego verá como Seifer le hace la vida imposible.El papel de la rivalidad juega un papel importante en Final Fantasy VIII. En la séptima entrega Cloud debía enfrentarse a Sephirot durante casi todo el juego. En Final Fantasy VIII desde la escena de introducción vimos como Seifer parecía ser nuestro enemigo principal, pero pronto ve su papel relegado en el momento en el que aparece la Bruja Edea.

Una de las características más sorprendentes fue la inclusión de un minijuego al que le dedicamos muchísimas horas. El juego de cartas coleccionables era todo un reto para el jugador, que debía formar una baraja de cartas buscándolas por el mundo y retando a los personajes con tal de conseguir un mejor mazo. Este sistema de cartas se hizo tan mítico que ha aparecido homenajeado en otros juegos como Evoland, que tratan a la saga con gran cariño.

En cuanto a la música ,ya hemos visto la increíble canción que suena en la introducción del juego, pero recordamos con especial cariño la famosa Eyes on Me con su lacrimógeno momento, la tranquilidad de Fisherman's Horizon y la cañera A Man with a Machine Gun

Final Fantasy VIII no es una entrega muy popular entre los fans de la saga pero sin duda merece un especial lugar entre los que se iniciaron con esta épica historia en la que algunos secundarios tienen más carisma que los protagonistas principales. Si, me refiero al gran Laguna y a sus flashbacks que todavía nos ponen los pelos de punta. Actualmente existe una edición remasterizada, con mejoras y logros, disponible en Steam.

¿Recordáis con cariño a esta entrega? ¿Qué momento consideráis el mejor del juego?