Opinión: El arte moderno llega a los videojuegos PC otros

Los videojuegos son arte, se pueden escribir tratados al respecto, hay libros y estudios universitarios completos, y el artículo no va sobre eso, lo voy a afirmar sin más:son arte.

Dentro de varias ramas del arte hay varias formas expresivas que se concentran en lo que llamamos arte moderno. Es algo que unos pocos autodenominados expertos alaban, mientras que la mayoría de la gente no encontramos su valor, incluso nos parece una mala broma. He entrado en una exposición donde una de las obras eran palos y basura tirados por el suelo, entrar una señora y decir “¡ay! Perdón, que todavía lo estáis colocando”. Creo que todos hemos asistido a alguno de estos ejemplos, barro deforme con neones; o leído las noticias como la del artista que exponía paredes en blanco. En los Simpson le han dedicado varios capítulos al respecto, me encanta el de Barney con Yoko Ono “numelo ocho”. Una vez más la realidad superó a la ficción y Yoko Ono ha dado en los últimos años algún concierto a base de gritos arrítmicos que hacen que “numelo ocho” parezca una obra maestra de un compositor clásico.

Los videojuegos hasta ahora eran una forma de arte muy industrial, como el cine de Hollywood. Esto tiene como lado bueno que la mayoría de los juegos producidos cumplen unos estándares y no teníamos en el mercado demasiadas obras tipo “numelo ocho”, salvando alguna extravagancia japonesa, y que allí era bien recibida por el público. Eso mismo supone un lado negativo,muchas veces los juegos están encorsetados, cortados por el mismo patrón, vemos pocas cosas originales.

En los últimos años con la irrupción de los juegos indie, estudios más pequeños, el juego en dispositivo móviles, servicios como Steam Greenlight o el apoyo de grandes compañías como Sony; se ha conseguido abrir el abanico de la creación de videojuegos. Así hemos podido disfrutar de juegos económicamente más humildes pero muy originales. El retorno de los plataforma 2D con toques originales, juegos con perspectivas imposibles, historias profundas, el renacer de las aventuras gráficas... Hay mucho bueno en el mundo indie.

Algunos juegos tienen mecánicas muy sencillas como Fruit Ninja, otros juegos de puzzle reutilizan mecánicas conocidas desde hace más de 20 años y las adaptan para que se pueda jugar en el móvil en un trayecto corto de metro. Y nacen auténticas nuevas formas de ver el videojuego.

Papers, Please! La primera impresión puede ser que es un juego con gráficos cutres que es poco más que buscar las 7 diferencias. Tienes que encontrar pasaportes caducados o quien no se parece al de la foto. Sin embargo el juego es mucho más complejo en su historia, y te da una cantidad de decisiones éticas bestial. Esas decisiones trascienden más allá de una mecánica sencilla, y hacen que te sientas mal por tus acciones, tomadas entre la espada y la pared. El juego se ha llevado una mcuhos premios y me parece una pequeña joya de la historia del videojuego.

Tanto es así que me puse a probar otros juegos indie que fueran originales, a ver si descubría otras joyas. Llevo un tiempo sospechando que hay que tener buen ojo, hay juegos que me chirrían. Hubo un tiempo en el que no sabía si la fiebre por los simulators era una gran broma. Veía el Goat Simulator y pensaba que era una broma, una forma de denunciar las cotas de estupidez de algunos juegos, pero salía a la venta y con éxito. Después está el Rock Simulator, o Grass Simulator. A día de hoy sigo sin saber si son una broma o acabarán siendo juegos de verdad.

Pero la puntilla, la gota que colmó el vaso llegó con Don't Move. Dejo un gameplay de 22 minutos. Si alguno es capaz de verse el vídeo completo yo le pondría un trofeo vrutal nuevo solo por eso.

El juego se puede jugar con un solo dedo, dejando pulsada la tecla de la izquierda o la derecha. Es más no hace falta ni pulsar, si dejas el juego quieto y te vas a la cocina la experiencia sigue subiendo. Hay un solo pasillo como escenario, solo está la animación de correr y el efecto de morir. Van añadiendo nuevos marcadores, monedas y poco más. Es un intento de ver hasta cuando está el gilip***** del jugador allí enganchado sin jugar a nada, solo viendo a ver qué añaden. Y digo que es arte moderno, porque ya he visto gente alabando este “juego”, dicen que tiene un trasfondo filosófico en el que se premia la desobediencia, el no rendirse, ser la mosca que derribó el cristal a cabezazos, el seguir y seguir muriendo a pesar de los pesares. Y encima el juego tiene cierto éxito, lo meten en los Humble Bunble y esas cosas, como si fuera un juego de verdad.

Pero hay una esperanza, en el arte tradicional, un cuadro blanco con un punto rojo en una esquinita puede valer millones, eso es porque es un solo cuadro, y si hay tontos que les gusta y son ricos pueden pegarse por él. En los videojuegos esto no pasa, hay miles de copias de los juegos, hasta ilimitadas en digital, por lo que podemos adquirir cualquiera de estos juegos del arte moderno por unos céntimos. Pero aquí es donde apelaría a un compromiso por parte de los jugadores para no adquirir semejantes mierdas. Qué no haya más desarrolladores con más cara que espalda ganándose la vida con estos engaña bobos. Seamos exigentes, hay mucha oferta, quedémonos con lo bueno y que “numelo ocho” quede fuera del mundo de los videojuegos.