Cualquiera podría pensar que Rovio, los creadores de Angry Birds, viven montados en el dólar y que se pasan el día en barcos de lujo y buena compañía. Ninguna empresa se libra de las decisiones drásticas y en agosto anunciaron un plan de reducción de plantilla. Concretamente han sido más de 200 trabajadores que han perdido el puesto de trabajo. Rovio quiere rentabilizar sus proyectos y ninguno ha tenido la recepción esperada. Además se han dejado un montón de dinero en la producción de la película. Veremos cómo termina la cosa.

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