Todos conocemos la mitología que envuelve a los títulos de la saga Souls. Los juegos desarrollados por From Software cuentan con una personalidad muy marcada donde, por encima de todo, destaca una dificultad nada amigable para el usuario. Bloodborne aterriza, casi sin hacer ruido, como un exclusivo de Playstation 4. Ya han pasado unas semanas desde su lanzamiento y podemos decir sin miedo a equivocarnos que ha superado todas las expectativas habidas y por haber (que no eran pocas).Todos los habituales de Demon's Souls y Dark Souls se acomodarán desde el primer momento a los controles de Bloodborne. Se mantiene la misma distribución de botones y los controles más básicos pero esto no nos asegura poder sobrevivir a Yharnam. Olvídate de armaduras, ambientación medieval y todo lo que conoces hasta ahora. Bloodborne apuesta por un ambiente victoriano repleto de claroscuros. Tomaremos el papel de un cazador de monstruos que se tendrá que enfrontar a una extraña maldición. Como es habitual en los juegos de From Software, nosotros tendremos que desgranar los fragmentos de una historia repleta de personajes peculiares y su propia mitología. La ambientación de Bloodborne es una de las mejores que hemos visto en los últimos años. No tiene gráficos de última generación porque no le hace falta. Simplemente andando por oscuros callejones, atravesando una espesa niebla nos daremos cuenta de lo inmersos que estamos en la aventura. Hemos dejado muy claro desde el primer momento que Bloodborne tiene una personalidad propia pero donde más queda patente es en el nuevo sistema de combate. Olvídate de las pesadas armaduras y los escudos de Dark Souls. En Bloodborne se ha optado por un sistema más agresivo donde tendremos que esquivar los ataques de nuestro rival para golpear justo en el momento preciso. Además, cuando recibimos un golpe tenemos unos pocos segundos en los que recuperaremos la salud si golpeamos a nuestro enemigo. Este sistema convierte los combates en un intercambio de golpes muy violento donde la diferencia entre vivir o morir se encuentra en pequeñas decisiones que tomamos en fracciones de segundo. Por si esto fuera poco se han añadido las armas de fuego, que sirven para desestabilizar al rival, repeler ataques y contraatacar con golpes devastadores.Es cierto que no hay tantas armas ni equipo como en los anteriores juegos de la saga pero Bloodborne opta por un sistema que nos ofrece un abanico enorme de posibilidades. Las armas que encontramos en la aventura pueden transformarse con un sencillo movimiento que cambia por completo el modo en que las blandimos. Además, podemos equipar unas gemas que aumentan determinadas habilidades y nos dan ventajas en el combate.El sueño del cazador será el punto central donde viajaremos para aumentar de nivel, mejorar nuestro equipo, comprar objetos y acceder a las misiones secundarias. Esta área de paz y descanso retoma los visto en el Nexo de Demon's Souls y la verdad es que su regreso ha sido todo un acierto. En Bloodborne seguimos teniendo las mismas sensaciones de siempre. Cada vida es una pequeña incursión donde exploraremos el terreno y tanteamos a los enemigos. Cada muerte es una pequeña lección que nos enseña cómo esquivar un determinado ataque o cómo aprovecharnos de determinadas debilidades. El juego sigue siendo endiabladamente difícil pero no imposible. Ese muro que se alza entre nosotros y la sensación de sobrepasarnos a las dificultades es lo que realmente nos tiene enganchados a la pantalla. Los jefes finales son carismáticos, enormes y sencillamente espectaculares. Como es normal, si jugamos en compañía de un amigo las cosas se pondrán más fáciles. Algunos de ellos son opcionales y si queremos descubrir todos los secretos de Yharnam tendremos que dedicarle un montón de horas a nuestra partida. Una de las cosas que más demandaba el público era una mayor facilidad para jugar en cooperativo. Bloodborne ha añadido un sistema en el que podemos poner una contraseña a la hora de buscar compañeros los que invocar. De este modo es más sencillo quedar con un amigo para jugar juntos a la aventura principal. Bloodborne se hace casi infinito en las Mazmorras del Cáliz, donde tendremos que adentrarnos para derrotar a un enemigo final. Estas mazmorras se generan aleatoriamente o siguiendo ciertos aspectos a nuestro criterio. Lo mejor de todo es que se pueden guardar y compartir para jugarlas en compañía de un amigo. El único punto negativo que podemos darle son los molestos tiempos de carga que nos hacen esperar hasta 45 segundos con el mando entre las manos y con cara de tonto. From Software ha dicho que intentará solucionarlo con un parche próximamente, por lo que solo podemos rezar para que lo consigan.Bloodborne ha seguido reinventarse para maravillar a los seguidores de la saga mientras hace más accesibles las cosas para los infelices que se adentran en la ciudad de Yharnam. Se convierte en un motivo de peso para hacerse con una Playstation 4 y nos maravilla con cada detalle de la increíble pesadilla que han creado. Algunos dirán que es masoquismo o ganas de pasarlo mal pero no queremos dejar de sentir nuncaesa sensación de satisfacción y superación que nos transmite.