Todos hemos intentado imaginar donde estarán los videojuegos dentro de cierto tiempo. Hace 30 años podíamos contar los píxeles de Super Mario. Hoy en día, los juegos llegan a ser casi indistinguibles de la realidad en algunos casos.Todo el mundo habla de cómo serán los gráficos de los juegos dentro de 30 años. Lo cual me lleva a preguntarme una cosa: ¿realmente cambiarán tanto los gráficos?Puedes hacer una textura extremadamente realista, pero todo depende de los píxeles que tenga la pantalla. Cuantos más píxeles, mejor se puede ver una textura. Por supuesto, lo importante es cuantos píxeles por centímetro cuadrado tiene. Y llega un momento en que el ojo humano no puede distinguir los píxeles. En teléfonos ya hemos llegado a ese límite. Un teléfono con una pantalla 4K (EXTREMADAMENTE CARO) tiene una resolución de pantalla que no puede ser apreciada por el ojo humano en su totalidad.Y las texturas también llegarán a un límite. Ese límite es más difícil de determinar, ya que depende de lo cerca que lo mires. Pero lo que queda claro es que, gráficamente, la tecnología actual está bastante avanzada. Puede avanzar, pero no puede avanzar mucho más. Y menos al ritmo de hace unos años. Los cambios gráficos que se hacen son cada vez más sutiles.Por lo tanto, ¿qué ruta tomará la innovación en videojuegos? Es todo especulación, por supuesto.En mi opinión, está bastante claro. La próxima revolución de los videojuegos será en el ámbito de los controladores y de la forma de entrar en el juego. Esto ya lo hemos visto con avances como Oculus Rift, el HTC Vive de Valve y su sistema de faros y controles raros y, mucho, mucho antes, con la infame Virtual Boy. La tecnología actual intenta hacer que confundamos el juego con la realidad. Que vivamos el juego. De momento, lo hacen con la vista (y el olfato). Pero esto también tiene un límite que ya hemos alcanzado nada más comenzar.No es divertido jugar a un juego en que te estás moviendo mientras tu cuerpo está sentado. Esta diferencia entre lo que percibe el jugador y lo que ve causa problemas de mareos en periodos de tiempo relativamente cortos. Puedes acostumbrarte, pero es algo muy extraño que siempre va a causar problemas.De momento tenemos la plataforma en la que registra tu movimiento para suplir esto. Pero, aun sin haberla probado, no estoy convencido de cómo registra el movimiento (basándome en que es tecnología pionera y esta suele ser bastante poco precisa). Además, es un engorro muy grande. Y tan solo soluciona el problema en cuanto a la parte de abajo del cuerpo. Además, yo quiero jugar a un juego, no pasarme media hora corriendo como un desgraciado de un lado para otro. El aparato cansa.Todavía nos queda el problema de las manos. Si ves cómo viene algo para ti, tu reacción instintiva es levantar las manos para protegerte del golpe. Pero si ves cómo el personaje no levanta las manos, da una sensación rara. De nuevo, tus movimientos y tu vista no concuerdan.Por ello creo que el futuro de los videojuegos llegará de mano de los controles. De momento, en este sentido hemos dado pasos de bebé. Con una mínima relevancia, destacan dos inventos de Nintendo. El Power Glove, que fue un desastre incontrolable y poco preciso, y los mandos estándar de Wii (que es un principio y más o menos respondían bien. Aun con problemas, era lo bastante satisfactorio para no ser frustrante). ¿Y de aquí, a donde vamos? Pues a controles más precisos. En mi opinión (y asumámoslo, es la realidad y todos desearíamos estar ahí ya) será cuando consigamos la inmersión total. Cuando controlemos al personaje en cuestión con nuestro cuerpo y lo que veamos no sea a través de una pantalla, sino que nuestro cerebro lo perciba como lo que realmente vemos (sí, como en SAO)No sería, pero, un sistema exento de problemas. Habría que ver cómo hacemos que la persona no se mueva por toda la casa dándose golpes con los muebles o hasta saliendo fuera en medio de la calle. Y no solo eso. La mente humana es maravillosa, para lo bueno y para lo mano. Puede engañarnos. Y puede destrozarnos. Si viéramos como una bala nos atraviesa el brazo o como un puño nos golpea, no nos pasa nada físicamente, pero nuestro cerebro es capaz de replicar esa información. Es lo que siente como real.Sin embargo, esos problemas habrá que solventarlos cuando aparezcan. De momento, lo que está claro es que el futuro de los videojuegos está en la forma en que los controlamos, más que en la forma en que los vemos.