ANÁLISIS: Life is Strange True Colors PC PS5 XboxSeries

Deck Nine Games lanzó Life is Strange: Before the Storm en 2017 demostrando que también tenían la magia de Dontnod. Los creadores del original. Cuando se anunció True Colors todos esperábamos un salto a lo grande. La protagonista del juego es Alex Chen, que cuenta con el poder de detectar las emociones de los demás mediante auras de colores. Si las emociones son muy fuertes le pueden afectar a ella misma porque pierde el control sobre su propio cuerpo. De esta forma nos encontramos con una historia que habla sobre la pérdida, sobre los nuevos comienzos, la empatía y la gestión de las emociones.

Alex se ha criado en orfanatos ha crecido sin un lugar al que llamar casa. Al llegar al pueblo de Haven se encuentra con una buena cantidad de personajes simpáticos y lugares por explorar. Gracias a nuestros poderes podemos decicarles el tiempo necesario para identificar sus problemas y resolverlos. En esta ocasión el juego nos llega sin esperas. Los 5 capítulos del juego están disponibles desde el primer día y podemos pasárnoslo del tirón.

El juego sigue teniendo un desarrollo lineal y en todo momento sabremos qué hacer pero también nos da la libertad para explorar el escenario e interacuar con un montón de cosas. Como es habitual al final del capítulo veremos el porcentaje de elecciones de la comunidad y podremos compararlo con nuestros amigos. Para compensar esa linealidad tendremos minijuegos como máquinas recreativas, futbolín o un capítulo entero dedicado a... mejor no os chafo la sorpresa pero es genial.

El salto gráfico se nota y las expresiones de algunos personajes son geniales (los principales). El pueblo parece lleno de vida. No es especialmente grande pero hay bastantes lugares y sitios que visitar para ayudar a sus habitantes. Si queremos meternos de lleno en el lore podremos leer el diario de Alex con las anotaciones y chafardear los mensajes en las redes sociales de su teléfono. Por supuesto no falta el salseo y las historias amorosas donde también tendremos que elegir nuestra atracción por dos personajes. En mi caso me arrepentí de mi elección y sentimentalmente terminé solo en una azotea después de dar un frío abrazo. Espero que vosotros elijáis mejor.

Son especialmente espectaculares en lo visual las partes en las que ayudamos a alguien empatizando con sus emociones. El mundo a nuestro alrededor se transforma y nada es lo que parece. Al explorar el entorno vamos obteniendo información hasta poder arrebatar ese sentimiento del personaje.

El mensaje de True Colors habla sobre la gestión de las emociones, sobre la empatía y sobre lo que es justo para los demas y sobre todo para nosotros mismos. Hay momentos de miedo, de alegría, de enfado... como la vida misma.

El mayor problema que le he visto a True Colors ha sido su ritmo y no arriesgar en nada. El juego puede durar unas 12 horas pero resulta evidente que la fórmula funciona pero está desgastada.

Lo que sí es una pasada es la banda sonora, en la línea del resto de juegos de la saga con canciones más conocidas que en algunas ocasiones te pondrán los pelos de punta. El juego nos llega con textos en castellano.

True Colors es una buena idea si quieres iniciarte en esta saga a lo grande. A nivel de jugabilidad y historia se queda corto pero mantiene aquello que nos ha mantenido atrapados durante años. Por algún motivo jugarlos sienta increíblemente bien cuando lo dedicas el tiempo y las ganas necesarias.