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Con el lanzamiento de los remakes de las ediciones Rubí y Zafiro, bajo los nombres de Omega Rubí Y Alfa Zafiro, he rescatado una cuestión que creía olvidada desde hace mucho, y que creo que más de una se ha planteado alguna vez en su vida. La encrucijada parece sencilla, pero llena de matices, centrarse únicamente en el InGame o lanzarse al modo competitivo. Seamos sinceros, ambos caminos tienen tanto puntos positivos como negativos y aportan diversión, de un modo u otro, a los jugadores.

OPINIÓN - ¿InGame o Competitivo?

En primer lugar, nadie puede negar que la experiencia interna de los videojuegos de la saga es muy buena, capta a la perfección la idea que Satoshi Tajiri quiso plasmar: capturar y coleccionar "bichejos" (Informaos sobre la historia completa, que es bastante interesante y explica el porqué de todo el tinglado). Cada juego nos ofrece un buen rato y requiere varias horas para completarlo, y nunca del todo, pues para completar tu pokédex vas a necesitar a un amigo y un cartucho de la versión opuesta a la tuya.

Por otro lado, a cada nueva entrega, se añaden nuevas especies y más eventos para el late-game (historia posterior a la principal), que hacen que el juego vaya más allá de conseguir las 8 medallas y convertirte en campeón de la Liga Pokémon (Aunque cuando tenías 5 años, al lograrlo en Pokémon Rojo te sentías el amo del mundo, no nos engañemos). Cabe destacar también, que las historias que se desarrollan mejoran con cada nuevo lanzamiento, dando lugar a interesantes guiones, personajes más profundos (Véase N, de las entregas Blanco/Negro y Blanco 2/Negro 2) y varias mejoras en el apartado técnico (Más de una década hemos tardado en poder movernos diagonalmente).

Sin embargo, no todo son halagos. Para empezar, la dificultad en sí ha caído de forma gradual con cada entrega. Superar Pokémon Rojo me supuso varios intentos (vale, sí, también era un crío), una verdadera odisea comparado con los últimos títulos. Cierto es que la saga está destinada a jugadores bastante jóvenes, pero de ahí a regalarles la victoria hay un gran paso. Por supuesto, este comentario obvia el Frente de Batalla de la edición Esmeralda, donde debías sudar para ganar un mero símbolo de plata, y dejarte la piel para que obtuviese ese reconfortante color dorado.

En otro orden de cosas, la esencia original se ha desvanecido ligeramente. Cuando los jugadores nacidos a principios de los 90 empezamos, sólo habían dos objetivos: hacerse con todos y convertirse en el mejor. A día de hoy, esto se ha trasladado a un plano secundario, dando mucha importancia a salvar el planeta y vencer a la mafia de turno, en ocasiones no muy lúcida y coherente en sus acciones (Equipos Magma y Aqua). Desafortunadamente, esta dispersión en el objetivo del juego va ligada al desarrollo de mejores historias.

Veamos ahora la otra cara de la moneda, el modo competitivo, la forma más pura del juego: combate tras combate. Es aquí donde se juzgan y ponen a prueba la habilidad, capacidad de reacción y conocimiento para formar equipos de cada jugador, recuperando en parte la intención original que se pierde en el InGame. Muchas cosas buenas pueden extraerse de este modo, en primer lugar, la mejora de la capacidad de estrategia, predicción y prevención. Un combate competitivo puede ser muy interesante y dar muchas sorpresas, teniendo en cuenta que, no sólo influyen los factores ya mencionados, sino también la suerte (El sistema de combate de Pokémon se basa en la matemática y la probabilidad). Del mismo modo, este tipo de enfrentamientos conecta a gente de todo el mundo.

En mi niñez, me era imposible combatir con gente de Italia, Japón o los Estados Unidos, cosa que ahora es posible en un instante. Todo esto se suma a las competiciones organizadas por la propia Nintendo, donde cada jugador podrá ponerse a prueba e incluso acceder al World Championship. Estas competiciones, a su vez son un buen reclamo para nuevos compradores, algo que la compañía agradece.

Pero no todo son rosas y power points de cascadas y gatitos. La comunidad competitiva han caído en una espiral de decadencia. Primeramente, ya no se busca la pura diversión, el objetivo se ha convertido en ganar, a cualquier precio, de cualquier modo. Antes de llegar el competitivo, la diversión primaba sobre la victoria o la derrota. Atrás han quedado las tardes en el parque o los recreos donde nos juntábamos los amigos para echar unas partidas, sin importar quién ganaba o perdía (la derrota resquemaba, pero la aceptabas y esperabas la próxima ocasión. Esto puede observarse en las estrategias y Pokémon empleados, donde ambos se repiten hasta la saciedad. Recuerdo la final de la Maters Division de 2013, en la que el italiano Arash Ommati se impuso sobre el japonés Ryosuke Kosuge, con bastante aburrimiento. Esto se agranda con la obsesión generalizada por los Evs y la búsqueda del espécimen perfecto para combatir.

En segundo lugar, tenemos el lío que se suele producir con cada nueva remesa de criaturas, que siempre viene acompañada con cambios en los "tiers": Pokémon antes considerados UU, pasan a ser OU y viceversa (Para quien desconozca el significado de estos términos, en la red hay muchas páginas que lo explican, pero no quiero publicitar a ninguna). La mega-evolución es un añadido también por dos Pokémon en particular, Salamence y Metagross (y este punto es incluso más subjetivo que el resto del artículo), los más jóvenes no sabréis de que hablo, pero en el modo competitivo de la tercera generación, estos dos poblaban los equipos de casi todo el mundo (incluso yo llegué a tener ambos, aunque rara vez les daba uso) y, desde la más profunda sinceridad, es la única parte de aquella época a la que no me gustaría volver.

Nada más que añadir, salvo que esto es pura opinión, aquí no hay objetividad, por lo que no se pretende convencer a nadie de nada, y se sobreentiende que no todo el mundo estará de acuerdo con lo aquí expuesto. Pido disculpas por no haber podido extender más el texto, pero hay demasiados aspectos en los que profundizar y ya de por sí, es extenso. Sólo una última cosa me queda por añadir. ¿Y tú? ¿De qué lado estás?

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