Historias de Guerra: El castillo de Itter

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Introducción

Después de bastante tiempo, por fin alguna franquicia de renombre se atrevió aunque sea mínimamente a dar la voz cantante en el modo historia a quienes han sido los "malos" mil y un veces en toda clase de obras y representaciones. Battlefield V, pese a sus fallas, cambió el foco de la contienda de los aliados a los al eje, a los alemanes concretamente. Y si bien podría haberse realizado de una manera mejor llevada, lo cierto es que este cambio de perspectiva resulto un soplo de aire fresco en un conflicto narrado hasta la saturación.

La situación tal y como se presenta es precaria como poco. Un poderoso Panzer VI Tigre descansa mientras los bombarderos lo sobrevuelan y la tripulación atiende sus necesidades o mata el tiempo hasta que el comandante llega con un nuevo recluta, un crío que lo sigue como un perrillo perdido. La historia posterior es una en la que el mundo se les viene abajo a los germanos. Una ciudad en ruinas, amigos muertos por doquier, tanques aliados destruidos, una "gran" defensa inexistente... todo ello mientras los enemigos estadounidenses no paran de llegar. La tensión empieza a causar discordia entre los jóvenes y los veteranos y entre los más defensores de la ideología y los más pragmáticos.
Este último aspecto en particular me llamó la atención, ya que resulta clave en el desenlace. No obstante, estos enfrentamientos entre las fanáticas Waffen SS y el Heer alemán no eran cosa nueva, aunque la actitud del ejército germano no era una de altruismo sino de pragmatismo y de no querer más problemas de los que podían controlar. Esto acabó causando conflictos abiertos al final de la contienda, aunque por motivos pragmáticos mas que por realizar "lo correcto".

El final del führer

Mayo de 1945, el final del Tercer Reich está al caer. Los aliados penetran por todas direcciones el territorio del imperio que debía durar mil años mientras los escasos territorios que aún ocupaba el reich se alzan contra el por un motivo u otro. Austria se encontraba en el camino tanto del avance de los estadounidenses y de los soviéticos, y tras haber sido anexionada enfrentaba un futuro incierto. Cerca del pueblo de Itter se alza un majestuoso castillo, el cual había sido alquilado por el gobierno alemán a su propietario tras el Anschluss. Dicha edificación había tenido unos usos bastante variopintos desde entonces, pero fue en 1943 cuando pasó a funcionar como una prisión a manos de las SS y bajo la administración del campo de exterminio de Dachau. Desde entonces se había utilizado como prisión para cautivos destacados del Reich, entre los cuales se encontraban personalidades como los políticos franceses Édouard Daladier, antiguos generales y mandos militares como Maurice Gamelin o personajes como la hermana de Charles de Gaulle. Además, también empleaba prisioneros del este de Europa, pertenecientes al campo de Dachau, para trabajos sucios y mantenimiento.

Fue uno de estos prisioneros que logró escapar y alertar a los estadounidenses de la situación, los cuales decidieron enviar fuerzas para realizar un rescate. No obstante mientras los yanquis trataban de alcanzar la fortaleza, los acontecimientos se precipitaban en esta. Ante la huida de un prisionero y el asesinato del responsable del complejo, las fuerzas de las SS abandonaron el lugar, que quedo bajo el mando de Josef Gangl. Gangl, miembro de la Werhmatch, se quedó con la idea de liberar a los prisioneros, rendir el castillo y asegurar la protección de los lugareños del pueblo cercano de posibles represalias de fanáticos y miembros de las SS. El plan del germano de rendirse a los estadounidenses se volvió mucho más peligroso con las Waffen SS en las cercanías.

Fin de línea

Gangl contactó a los estadounidenses bajo bandera blanca, llevando a parte de ellos al castillo Lee, el comandante yanqui, dejo a varias de sus fuerzas ocupando el pueblo cercano mientras lideraba personalmente un contingente a la forteleza, donde se encontraron con once alemanes que se habían unido a Gangl, diez soldados del Heer y un SS que había desertado. No obstante el rescate de los prisioneros tendría que esperar, ya que un contingente de un centenar de SS se aproximaban a la fortaleza. A la espera de refuerzos, a los habitantes del castillo no les quedo mas remedio que organizar su defensa. Alemanes, estadounidenses, ex-prisioneros franceses y austriacos formaron el contingente defensivo con lo poco que había disponible mientras los refuerzos estadounidenses se apresuraban a la zona guiados por la resistencia austriaca.

Los atacantes eran entre 100 y 150 hombres y atacaron el castillo en la madrugada del 5 de mayo de 1945, y aunque contaban con un potente cañón de 88. milímetros que noqueó el tanque Sherman que defendía la entrada, no fueron capaces de derrotar a los defensores antes de que los refuerzos llegasen. Los defensores se defendían desde el interior del castillo pero la situación poco a poco se volvía desesperada debido a que la munición de los defensores se acababa, aunque los atacantes se encontraban en la misma situación. En esta situación, uno de los prisioneros franceses, el tenista Jean Borotra, se ofreció voluntario para correr hasta los estadounidenses e indicarles el camino. Lee aceptó su oferta, y el tenista francés corrió desde el interior de castillo saltando el muro y los obstáculos logrando alcanzar a los refuerzos que se retrasaban debido a inconveniencias del terreno.

Finalmente, los refuerzos llegaron al castillo, donde hicieron prisioneros a multitud de atacantes. Si bien había varios heridos entre los defensores, la única baja resultó ser el propio Gangl, quién perdió su vida a manos de un francotirador protegiendo a un ex-presidente francés.

Conclusion

La conclusión que puede obtenerse es bastante obvia, y es que debería ponerse en enfoque de estas historias en el bando que es considerado como "los malos" más a menudo. Si bien la franquicia de EA y Dice lo ha hecho, ha sido de una manera bastante torpe, pero deja entrever el enorme potencial para contar historias que alberga este otro bando de la contienda. Todo el que tenga dos dedos de frente es capaz de entender que esto no va de buenos contra malos y nada es blanco o negro, sino que se trata de un alineamiento de factores y, en ocasiones, de mera casualidad. Lejos de la trilladísima historia de que los malos son muy malos se puede dar pie a mostrar cómo transcurrían las cosas al otro lado del frente, qué gente pululaba por ahí y bajo que ideas o principios luchaban, haciendo ver que el hecho de luchar en el bando de un monstruo no tiene por qué ser ideológico, sino mero pragmatismo, oportunidad, ideales distorsionados o que no ha quedado otra. Los más valientes podrían aventurarse con temas como la venganza y la revancha, explorando el círculo vicioso al que actitudes así dan pie. Pero esa ya es otra historia.

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1 comentario

3 de agosto de 2019 - 18:59
#1 ESPECIALISTAMAN
Si bien la 2ª guerra mundial ha sido explotada a muerte por la industria del videojuego, siempre han sido las mismas batallas y campañas que hemos visto un centenar de veces: Normandia, África, Stalingrado, El pacifico... Me encantaría un juego que diera a conocer batallas desconocidas de verdad: Burma, la guerra de invierno o cualquier otro frente que no hayamos visto ya un millar de veces.

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