Top 10 juegos para amar y odiar PS4 XBO WiiU VITA 3DS PC movil

Hay juegos que te gustan. Hay juegos que no te gustan. Hay juegos hacia los que sientes una tremenda apatía. Hay juegos que... amas y odias al mismo tiempo. Dejando de lado el chiste facilón de relaciones amorosas con ex-novias (Porque nunca he tenido una en primer lugar), la relación de cada jugador con cada uno de estos títulos es única y especial, sea cual sea el juego por el que se discute. Nos pueden enamorar ciertos aspectos del gameplay o la historia, pero podemos odiar otros elementos igual de prominentes dentro del conjunto. Esto crea experiencias agridulces, que se diferencian mucho de un juego hacia el cual sólo sientes que es mediocre.

Y en esta ocasión voy a ser yo quien hable de diez juegos que ocasionan dentro de mí estos sentimientos contradictorios, tal cual como si fuese una protagonista de manga shojo. Por supuesto, debido la temática de la lista, este top será completamente personal, y como viene siendo costumbre, sólo se tendrá en cuenta un juego por franquicia. Dicho esto, sin más dilación, empecemos:

Este puesto va a ser explicado muy rápidamente y muy fácilmente. Igualmente, voy a dar contexto para así evitar ser empalado por alguno de esos rastrillos que os veo portar en la lejanía. Me gustan los juegos Souls. Mucho. Es cierto que sólo he jugado al primer Dark Souls y Bloodborne, pero ambos me encantan muchos aspectos. Y aunque sí que es cierto que proponen un desafío, una vez te adaptes, este reto deja de ser frustrante en la mayoría de los casos.

En la mayoría.

Hidetaka Miyazaki es muchas cosas, un visionario, un genio... Pero entre ellas también podemos encontrar la siguiente palabra: Tocapelotas. Los juegos Souls están plagados de trampas y de un diseño que tiene como objetivo reírse de los nuevos jugadores. Tenemos desde un dragón volando y arrasando completamente un puente con su fuego, de forma completamente imprevista, hasta tres NPCs enemigos fuertes juntos (Uno listo para emboscar por detrás), listos para darte para el pelo en una sala de Bloodborne. Los juegos Souls me encantan en muchísimos aspectos, pero estas decisiones de diseño siempre me cabrean, porque sólo tienen como objetivo que el jugador muera. Y eso no resulta divertido, ni justo.

Monster Hunter para mí es un juego especial. Porque quiero que me guste y adoro todos los monstruos que consigue crear en cada nueva entrega. Pero no consigo que el gameplay haga click conmigo. Adoro las armas y el mundo en el que tiene lugar toda la acción. Pero no consigo que el gameplay haga click conmigo. El gran componente cooperativo es una genialidad que encaja a la perfección con las bases anteriormente establecidas por este mismo juego. Repetición de la frase anterior.

Monster Hunter es un juego que amo por todo lo que tiene y lo que representa, pero odio porque no consigue engancharme. Podríamos decir que nuestra relación sentimental no es realmente de amor y odio, puesto que sólo hemos estado juntos un par de veces, no lo suficiente para esclarecer si de verdad "odio" a este título... Pero la frustración es algo muy parecido a nuestro viejo amigo llamado odio, así que pido a mis lectores que hagan como si mi frustración fuese un sentimiento acorde a la temática de este ranking.

Porque sí, lo que diría que siento con Monster Hunter es frustración, porque quiero y no quiero jugarlo al mismo tiempo. Porque los nuevos cambios pueden ser prometedores y pueden ser increíbles para los veteranos aficionados a esta serie, pero para alguien como yo, al probarlos, no le llaman la atención lo suficiente. Y es eso lo que me ha vuelto un poco cínico con esta saga, lo que ha conseguido que me diga mentalmente que no debería interesarme por las nuevas entregas, puesto que en el fondo, sé que no llegarán a satisfacerme jamás.

Es difícil quitarse mala fama. Más aún cuando eres la secuela de un mal juego dentro de una serie amada por muchas personas. Hablando sin tapujos, dicho mal juego es Paper Mario: Sticker Star, que no consiguió conquistar a los fans debido a su pobre sistema de combate y su falta de personajes interesantes como los de entregas anteriores. Su secuela Paper Mario: Color Splash fue el último juego first party exclusivo de Wii U (Siendo hoy el día 14 de febrero de 2018, por si acaso le dan un port) y recibió muchas críticas por seguir varios de los mismos pasos que su predecesor.

¿Y ese odio es merecido? Bueno, puedo decir que entiendo parte del enfado hacia este título, teniendo en cuenta que, de primeras, yo también comparto parte de ese enfado (Y no sólo con la intención de sentirme parte de un grupo al menos una vez en mi vida), y de segundas, Color Splash tiene errores grandes. El más notorio de dichos problemas siendo un sistema de combate aburrido y que es al final del día completamente inconsecuente para tu progresión a lo largo de la aventura. También es decepcionante algunos aspectos que se repiten de Sticker Star, como la necesidad de hacer que solo haya unas pocas familias de hermanos gemelos de toads en todo el reino champiñón o que el sistema de combate se base en el uso de cartas en vez de un sistema de combate normal y corriente.

Pero… Es divertido proseguir dentro de este juego. Esto es gracias a un excelente guion con miles de bromas ingeniosas. Sí, este tipo de guiones no son extraños dentro de la serie, pero Color Splash supera a todos los otros títulos de la serie. Ah, y la exploración también es muy agradable, y definitivamente se hace más llevadera que algunos capítulos llenos de backtracking de La Puerta Milenaria. En cualquier caso, estas bondades no consiguen solventar un mediocre sistema de combate que puede volver al juego una retahíla de intentos de esquiva de enfrentamientos, lo cual no es algo que deba ocurrir de primeras con un juego así.

Hay factores que nos hacen odiar juegos que no tienen que ver normalmente con el juego en sí, sino con las decisiones realizadas por las cabecillas a cargo de los comités corporativos que crean estos juegos. A menudo, estas decisiones suelen venir acompañadas de juegos que normalmente no me agradan como ocurre con Star Wars: Battlefront o La Tierra Media: Sombras de Guerra… Pero luego nos encontramos con un caso muy peculiar, con el de Street Fighter V.

¿Por qué? Porque sus decisiones corporativas no eran malas en un principio. El juego permitía a los jugadores obtener todos los DLCs de forma gratuita jugando al juego de forma normal. Eso es algo que admiro de Capcom y que creo que todas las demás compañías deberían incluir dentro de sus juegos de lucha. Además, el sistema de combate de SFV me resulta muy, muy interesante y consigue dar una personalidad única y diferente a cada uno de los personajes disponibles para jugar, aparte de ser fácil de jugar.

Pero el juego venía un poco falto de contenido. No se puede negar eso. Personalmente, entiendo perfectamente la visión inicial de Capcom, crear un juego mayoritariamente centrado en las funcionalidades online que se actualizara constantemente y que consiguiera una fama cada vez mayor gracias a que todos los personajes se podían conseguir gratuitamente. Pero hay dos problemas que me enfadan bastante. El primero, que les faltaban personajes y algún que otro modo extra. Y yo entiendo la posición de Capcom, pero a la vez, también veo la furia (Algo desmedida, eso sí) de los jugadores como algo completamente normal. Ah, y claro, que conseguir dinero para conseguir esos personajes gratuitos pues podía llegar a ser un poco difícil y molesto.

Todo esto crea un juego por el que siento que había un potencial desaprovechado. Y ese potencial me hace odiar el juego, pero las otras decisiones que toma son ejemplares y en gran parte, son decisiones que no impactan negativamente de una gran manera al jugador, como ocurre con juegos como el anteriormente mencionado Star Wars: Battlefront. Por ello, quiero que otros juegos de lucha se parezcan y no se parezcan a Street Fighter V en el futuro.

Me gustan los juegos de Ace Attorney. No creo que haya ninguno malo y creo que todos son recomendables. Pero de entre todos ellos, hay uno que para mí está claro que es el peor de todos. Y ese juego no es ni más ni menos que Justice for All, la segunda entrega de la trilogía original de Phoenix Wright. ¿A qué se debe esta certeza y decisión? A que los juicios y los casos de Justice For All son los más débiles de la serie por una razón bastante simple, siendo dicha razón el hecho de que se centran en aspectos en los que un juego de Ace Attorney no debería centrarse.

Ace Attorney destaca por su humor y por los ridículos asesinatos que tienen lugar dentro de cada caso. Las situaciones que dan lugar a estas muertes son extrañas, improbables y sobre todo, sorprendentes. Los personajes, por el otro lado, son memorables debido a su exagerada extravagancia ante la cual, nuestro protagonista se siente abrumado en la mayoría de situaciones. Justice For All, aunque tiene asesinatos locos, no son tan raros como los de las otras entregas... Y gran parte de la atención de estos misterios se centra en la pregunta de "¿Quién es el asesino?".

El no saber la identidad del asesino es lo raro dentro de Ace Attorney.

La identidad del asesino suele ser muy obvia en casi todos los casos de la serie. No hace falta centrarse demasiado en ese punto, pues lo que más nos interesa son los giros argumentales. Pero bueno, hablando de giros argumentales, debo hablar del caso final del juego. Adiós, caso mío es posiblemente uno de los mejores misterios de la serie, con una tensión descomunal, con giros increíbles y una atmósfera increíblemente diferente a todo lo que los veteranos han jugado antes. Una pena que a veces parezca que a los desarrolladores les dio una embolia y decida que tengas que presionar al testigo en secciones de texto específicas en orden. Adiós, caso mío salva en gran parte un juego que de otra manera, podría haberse sentido algo decepcionante para algunos fans. Igualmente, sigue siendo una entrega de la serie que, como he descrito antes, merece ser jugada igualmente.

Cuando se anunció la cuarta entrega de la serie Arkham, una de las cosas que más sorprendieron fue el hecho de que incluyeran el batmóvil dentro del arsenal del caballero oscuro. Era algo increíble, algo que realmente parecía que conseguía que la nueva generación de consolas valiese la pena. Y no sólo el batmóvil parecía divertidísimo, los controles habían sido mejorados, los niveles parecían igual de interesantes que siempre, explorar Gotham en su totalidad tenía muy buena pinta... Pero cuando empezamos a jugar a este título, es cuando comenzamos a encontrar algunos problemas.

Algunos de estos problemas son simples de denotar, como que el repertorio de misiones secundarias no es tan grande o interesante como en otras ocasiones, usando villanos poco conocidos como el Doctor Pyg o Luciérnaga. Sí, también nos encontrábamos con Dos Caras o el Pingüino, pero seguían sin ser suficiente para conseguir salvar un juego plagado por misiones como "Destroza las torres de vigilancia" o "Persigue este coche". Ah, y la mitad de esas misiones (Y la mitad de las del modo historia también) implican usar el modo de combate del batmóvil.

Batman: Arkham Knight era tedioso y muy repetitivo. Pero también podía tener las misiones mejores estructuradas y más interesantes y variadas de la serie siempre que quisiese ponerse en serio. Y su ritmo de juego era bastante más coherente que el de las otras entregas. Ah, y claro, el control de Batman y su Batmóvil era perfecto. Es una pena que Rocksteady no crease misiones más variadas que no se centrasen tanto en la nueva e increíble mecánica del batmóvil, porque si fuese así, podríamos habernos encontrado con un juego que personalmente seguramente consideraría mejor.

Cuando muchos hablan de un juego mediocre de Devil May Cry, a varios se les viene a la cabeza DMC: Devil May Cry, un juego que se labró una mala reputación sólo por culpa de un rediseño de personaje que era inferior al original. Por mi parte, aunque me fastidia el nuevo Dante, puedo decir que me fastidia más una cosa, el potencial que se desaprovecha en Devil May Cry 4 por culpa del hecho de que las dos campañas del juego, con Nero y Dante, son prácticamente lo mismo, pero yendo en dirección contraria. Es decir, donde empieza Nero es donde acaba Dante, y viceversa.

Y esto también implica el hecho de que hay varios jefes que se repiten, una vez con Nero como protagonista y otra como Dante, lo cual, como muchos pensarán, es poco imaginativo, poco interesante y hasta aburrido. Y es más, el diseño de niveles es incluso más molesto e hiriente cuando se tiene en cuenta que debido al estilo de combate de Nero y Dante, ambos siendo muy diferentes uno del otro (Uno centrado en el control del escenario y el uso de habilidades como la mejora de su espada y el otro en la aplicación de combos y velocidad), el cambio brusco entre estos personajes resulta ser molesto para ciertos jugadores.

Pero al mismo tiempo, Devil May Cry 4 tiene el mejor sistema de combate de toda la franquicia. Nero es una adición a la serie que se agradece mucho, con su habilidad para usar su brazo demoníaco siendo satisfactoria para ejecutar ataques especiales contra jefes, y Dante ahora cuenta con una forma rápida de cambiar entre sus diferentes estilos de combate, agilizando el combate aún más. Ah, y cómo no, Dante es un espectáculo de personaje. Y lo amo por ello.

Al final del día… Devil May Cry 4 es un juego que sólo puedo disfrutar pasándome una campaña a la vez. La de Dante o la de Nero. Y esa campaña la disfruto mucho. Pero eso implica el ignorar la mitad del juego, una mitad que por sí sola está bien, pero junta muestra un juego con un diseño perezoso y poco inspirado. Me encanta el sistema de combate, sí, pero un gran acierto no siempre consigue enmascarar un gran error, y en este caso… Al menos se neutralizan mutuamente para dar un juego con el que tengo sentimientos conflictivos.

Sonic ha tenido juegos de calidad dudosa. No podemos negarlo. Incluso juegos suyos del pasado como los dos Sonic Adventure han pasado a ser considerados como dos entregas que han envejecido mal con el paso del tiempo. De toda la ludografía del erizo de Sega podemos sacar varios juegos que pueden llegar a ser frustrantes para varios jugadores como los dos Sonic Adventure como se ha mencionado anteriormente, Sonic Heroes o en mi caso (Y el de muchas otras personas también), Sonic Unleashed.

Es muy fácil ver las cosas que odio de este juego. Bueno, más bien, la cosa. Las fases que involucran la nueva transformación única del erizo azul, el erizolobo. La razón es muy simple, cuando juego a Sonic, quiero tener una experiencia plataformera a la velocidad del sonido, con adrenalina subiéndome por las venas. Lo que no quiero es pasarme media hora en un nivel beat ‘em up usando un único combo a la velocidad de un caracol. Y bueno, podríamos decir que el juego tiene mitad y mitad de cada tipo de nivel, pero claro, como he dicho antes, los niveles beat ‘em up duran media hora y los normales tres minutos… Por lo que el juego resulta bastante cansino.

Eso sí, si el juego quería hacer un nivel veloz, se ponía las pilas. Sonic Unleashed marcó la introducción de la Boost Formula dentro del Sonic 3D moderno, y fue una introducción fenomenal, con niveles preciosos, de una extensión más que satisfactoria y por supuesto, con velocidades de vértigo. Con este juego, hay poco que comentar, hay dos mitades claras que luchan una contra otra en pos de conseguir que adore u odie este título, consiguiendo entrar en tablas debido a las virtudes de una mitad y las deficiencias de la otra. Pocos casos más simples en estas cuestiones podemos llegarnos a encontrar.

Mario Sunshine es un juego por el cual tengo un tumulto extraño de sentimientos. En primer lugar, amo sus controles y me gustan la mayoría de los mapas que podemos explorar de la Isla Delfino. En segundo lugar, muchas otras cosas del juego son horribles en múltiples aspectos. Por ello, siempre que se habla de mejores juegos de Mario en 3D, no entiendo cómo puede ser tan celebrado este título sólo por tener muy buen manejo, cuando esa es una cualidad también aplicable a cualquier otro Mario… Y los demás Mario no tienen los mismos problemas que este título. Pero bueno, paso a paso.

Mario Sunshine en mi opinión consigue triunfar, como he explicado antes, en su control. En parte, porque para jugar a este título se usa el mando de la Gamecube. Y el mando de la Gamecube es como maná divino. Por el otro lado, tenemos el Acuac, una invención endiabladamente ingeniosa cuya función es mejorar todas las capacidades atléticas del fontanero más famoso del mundo de tal manera que al mismo tiempo ayudamos al jugador y creamos nuevas estructuras para nuestros niveles. Ah, y la ambientación veraniega es llamativa.

Pero el diseño de misiones es basura, teniendo tareas tediosas y poco divertidas como llevar un melón gigante lentamente a lo largo de toda una playa, enfrentarse al mismo jefe dos veces, jugar a un pachinko poco funcional debido al motor de físicas de esta obra o perseguir a Mario Sombra durante más de ocho niveles. Y sí, digo ocho niveles, no quince como en Mario 64, porque en Mario Sunshine no pudieron crear tantos mundos en los que nuestro protagonista pudiera moverse. Pero sigue habiendo más de ciento veinte soles por coleccionar.

La forma de rellenar espacio fue incluir una tienda de soles. Una tienda que sólo acepta monedas azules esparcidas por todos los mundos en zonas alejadas, escondidas o difíciles de acceder. Si no me falla la memoria, hay más de 100 de estas monedas. El desafío no es divertido. Es más, llega a quemar porque el diseño es repetitivo y poco inspirado, y eso me chafa disfrutar de un juego que no es malo, pero que tiene fallos que no puedo perdonar, porque en mi opinión, llega a demostrar una de dos cosas, que los desarrolladores no tuvieron suficiente tiempo, o que no estaban en su mejor momento.

Con Kingdom Hearts tengo más de una opción a escoger para un juego que odio y amo a la vez. O podría coger a la saga entera, pero eso sería demasiado fácil y rompería las reglas, así que nada, sólo hablaré de un juego en específico. La pregunta es, ¿cuál? Tenemos 358 Days con una historia bastante buena y el peor gameplay de la serie, Re: Coded siendo completamente inconsecuente pero con una estructura interesante y un gameplay más tolerable y luego tenemos el pequeño caso especial que es Kingdom Hearts 3D. Y el desafortunado ganador de este concursillo es… Kingdom Hearts 3D.

¿La razón de esta decisión? Fácil, 358 y Re: Coded me hacen sentir más malos sentimientos. 3D me hace sentir sentimientos conflictivos. ¿Por qué? Porque en cierta manera, representa algunas de las mejores y peores cualidades de la franquicia. Kingdom Hearts 3D tiene un gameplay dinámico e interesante con la introducción del flowmotion, pero es fácil de abusar y puede volver el gameplay repetitivo. La historia está llena de giros inesperados y espectaculares, con elementos nunca antes vistos. También es una de las tramas más difíciles de seguir de la serie, cambia algunas de las bases anteriormente establecidas como hecho inamovible y por último, introduce unos conceptos que para muchas personas, complica aún más una serie con una cronología infame por su complejidad.

Tiene todo lo bueno y lo malo de Kingdom Hearts en cuanto a gameplay y en cuanto a historia. Por supuesto, tiene algunos problemas que no aparecen en otros juegos de la serie como el sistema de Dream Eaters, escenarios demasiado grandes y vacíos y varios de los peores jefes de la serie… Pero aun así, el flowmotion es una mecánica increíblemente interesante y que al parecer ha servido como un antecesor a lo que nos encontraremos en Kingdom Hearts 3. Además, me encantan la mayoría de los mundos del juego, que por cierto, son completamente nuevos para la franquicia.

Y en esto consiste un juego que amas y odias al mismo tiempo, un juego donde los errores y las virtudes compiten continuamente y por ello, de una forma algo extraña, consigue quedarse imprimido dentro de tus memorias de tal forma que no sientes algo puramente positivo o negativo cuando piensas en dichos juegos, sino que sientes un cúmulo extraño, pero fascinante.