Opinión de usuario: La belleza de Shadow of the colossus PS4

Cuando era pequeño me tiraba horas y horas jugando a la ps one por diversión, para mi los videojuegos no eran mas que un juguete más, y durante mucho tiempo seguí viéndolos de esta forma, un pasatiempo, algo que no albergaba mas que divertir de forma simple y directa.
Pero esto cambió, un día compré un juego de segunda mano que estaba tirado de precio, el nombre me sonaba y pintaba “guay”, Shadow of the Colossus fue ese juego, fue el juego que me hizo ver las grandezas de este medio, el primer juego al que me referiría como obra de arte.

El juego parte de la idea por entonces original de una jugabilidad basada en derrotar única y exclusivamente bosses, en este caso unos gigantescos seres llamados colosos, son 16 colosos en total a los que deberemos enfrentarnos a lo largo de la aventura, cada uno perfectamente diferenciado. Según la historia debemos acabar con todos ellos para cumplir el pacto hecho con una entidad llamada Dormir que nos promete resucitar a nuestra fallecida amada si lo conseguimos.

Shadow of the Colossus es evocar a los sentimientos, no trata sobre hazañas de héroes sino de acciones egoístas, no hay princesas que rescatar sino un intento por resucitar a nuestra amada, no viajamos por mundos coloridos al son de una música alegre y pegadiza, vagamos por terrenos desolados y vacíos sin mas sonido que el galope de nuestra fiel yegua Agro( exceptuando la épica sintonía en los combates), y por supuesto no luchamos contra el malo de turno que quiere destruir el mundo, aquí nos enfrentamos a auténticos colosos.

El juego se resume en buscar al coloso,matarlo,volver a la zona inicial y vuelta a empezar.
Parece simple pero es mucho mas que eso, en mi primera partida no dudaba en ningún momento en darle muerte a esas gigantescas criaturas que habían intentado aplastarme, pero pasó algo, cuando me disponía a eliminar al coloso de turno me lo encontré de espaldas, me ignoraba, vagaba por la zona, giró su cabeza y me fijé en los característicos ojos azules que comparten todos los colosos, en algún momento juraría que me había visto, pero no me atacó, y yo tampoco lo hice, durante unos segundos,volvió a darme la espalda y entonces le disparé una flecha en su hombro, me volvió a mirar pero esta vez sus ojos ya no eran azules, eran rojos,marcaban agresividad, en ese momento me di cuenta de que en esta divertida aventura yo no era ningún héroe ni estaba salvando el mundo, estaba matando seres inocentes por motivos egoístas, cuando iba a matar al ya mencionado coloso dudé unos instantes antes de darle el golpe de gracia, para mis adentros pensaba: “lo siento” ,y esto no cambió, con cada ultima estocada me convertía en un monstruo cada vez mayor, y eso el juego me lo mostraba, el cuerpo del protagonista se ennegrecía con cada asesinato.

Nunca sentí lastima por un puñado de polígonos hasta ese entonces, nunca me sentí tan solo en un mundo tan vacío, este juego me hizo sentir miedo, tristeza, rabia. Un juego capaz de transmitir tantos sentimientos, mostrar unos paisajes tan bellos y estremecedores, un juego que se convirtió en algo mas que un juego, y, ¿Si no era un juego, que mas podía ser ? ¿Que más podía ver en la pantalla de mi televisión? La respuesta fue y es hasta la fecha: arte