¿Qué mejor manera de sobrellevar el calor del verano que con el frío abrazo de la muerte?
Porque de eso trata este artículo, de videojuegos en los que morirse es una mecánica más.
Hace bastantes días alguien dijo que en los videojuegos no deberían existir los "GAME OVER" y tal vez tenga sentido con algunas de la súltimas producciones o las aventuras gráficas pero si eliminásemos las muertes en los videojuegos perderíamos un género del que, a pesar de no haber probado más de 4 o 5 juegos me encanta, los roguelike.
La situación es la siguiente: llevas a un explorador por una sombría mina abandonada, esquivas a un murciélago y le das su merecido tal y como el gran Belmont te enseñó hace años. ALcanzas una cueva y descubres una estatua de la diosa Kali que vigila un ídolo dorado. Te armas de valor y robas el ídolo. Entonces una pesada roca cae del techo y empieza a perseguirte, corres lo más rápido que puedes y te ocultas tras una pared confiando en que te servirá de cobertura pero la enorme roca la rompe sin dificultad.
GAME OVER
Y, sin embargo, este no es realmente el final del juego, es solo un paso más. La siguiente vez que en una partida seas perseguido por un pedazo de mampostería rodante ya sabes que puede romper los muros, que si un elfo se equipa una armadura de acero empieza a perder vida, que si rompes un altar oscuro los dioses te castigarán destruyendo tus armas y una larga lista de cosas que vas aprendiendo en ese interminable ciclo de muerte y volver a empezar. Juegos como Rogue, Spelunky, Pixel Dungeons, Vagante, ADOM y Stone Soup nos permiten aprender de nuestros errores y mejorarnos a nosotros mismos de una manera distinta a la vida real. Cada decisión es importante, el tomarte una poción ahora o guardarla hasta que la hayas identificado puede ser la diferencia entre escapar con el tesoro o estirar la pata pero no nos tiene que hacer enfadar el haber perdido a un personaje casi perfecto porque al abrir una puerta hayamos caído en una trampa. La próxima vez irás con más cuidado o habrás a prendido a detectar las señales que indican los peligros. Es un tira y afloja que lentamente nos va acercando al ansiado botín. La vida real no te da otra oportnidad pero los roguelike se basan en eso. Han convertido el hecho de morir en una mecánica más del juego que necesita ser dominada.
Los que realmente amaman este género desarrollan una paciencia y una calma ante la adversidad asombrosas. Son gente a la que se les puede borrar la partida de pokémon y no se enfadarían ni aunque tuviesen la pokédex completa. Son auténticos héroes que han transcendido a los viciados a los videojuegos para convertirse en dioses que caminan junto a los mortales.
Son los verdaderos señores de la muerte.
6 comentarios