Muchos hijos hemos visto como nuestros padres intentan (de forma fallida) jugar a juegos, y que los dejen en nada de tiempo. Yo, como muchos, pensaba que hay un momento en el que los padres dejaban de jugar, o simplemente no empezaban, porque no tenían la edad de jugar, de disfrutar de los juegos como muchas personas mas jóvenes lo harían, pero un día me di cuenta de algo importante.Cuando era pequeño, mi padre siempre decía que nunca me comprarían aquella PS2 que de niños nos encantaba porque con la PSOne sobraba, pero curiosamente, él se compro la PS2 esas mismas navidades con Kingdom Hearts, Devil May Cry 3 y Prince of Persia. Solo podía jugar él, y mi hermano y yo nos limitábamos a mirar como jugaba y moría una y otra vez de manera muy graciosa, hasta que llegó el punto en el que nos pedía que nosotros nos pasáramos a "aquel cerbero asqueroso que no me deja continuar la partida" y al final nos apropiamos de los tres juegos y jugandolos nosotros.Después de eso, me había quedado bien claro que mi padre no podía jugar a juegos actuales porque no "era de esa época", pero al cabo de unos años lo veía jugando a los GTA (y se sabía los trucos de memoria), y ahora, mientras miro como sigue jugando al GTA todos los días, me doy cuenta de que no es cuestión de edades, sino de gustos. No es el hecho de que cuando llegues a X edad evoluciones y te vuelvas un señor criticón, sino el hecho que dejamos de jugar porque no tenemos tiempo, o porque simplemente no nos gustan. Llegará el día en que nosotros seamos esos padres ocupados que no jueguen tanto como queramos, y miraremos a nuestros hijos (los que tengamos) jugando a videojuegos. ¿Qué pasará con nosotros? ¿Dejaremos de lado a los juegos para siempre, o guardaremos esos juegos para divertirnos cuando no tengamos mas que hacer? Saludos.