Nada más empezar, lo primero que se nos pide es elegir a 4 personajes con sus respectivas clases y nombrarlos. No se impone ninguna limitación a la hora de elegir, por lo que podemos hacer un equipo entero de magos blancos si nos queremos amargar la vida, pero supongo que los diseñadores tendrían en cuenta que no somos tan tontos. Ya con esta primera pantalla se muestran las intenciones y orígenes de la saga. Al igual que muchísimos (o todos mejor dicho) RPGs, la influencia de los juegos de rol físicos (Mazmorras y Dragones, por decir el más famoso) es notoria, elegimos entre las típicas clases y más adelante vemos que es la típica ambientación más básica que a uno se le puede venir a la cabeza cuando uno piensa en fantasía.
La historia también empieza con los típicos clichés, somos unos elegidos que nada más llegar a un castillo deben salvar una princesa que acaba de ser raptada. Si bien el argumento no es el mejor de la historia, más adelante tiene unos cuantos detalles que diferencian nuestra historia ligeramente de la típica fantasía medieval.
Y es que, hablando de la fantasía medieval, la ambientación también es bastante típica. Castillos, dragones, magos, elfos y demás están a la orden del día en nuestra aventura. Si cabe remarcar algo, es el toque original tan común de Japón que, de vez en cuando, nos pone unos monstruos menos estereotípicos en pantalla y, a pesar de las limitaciones, pueden ser visualmente interesantes.
En los pueblos y demás zonas habitadas encontraremos, aparte de tiendas para nuestras mejoras, unos cuantos NPCs que nos insinuarán a donde ir o nos dirán pequeños detalles de la historia. Si bien no es un juego excesivamente críptico, de vez en cuando he tenido que tirar de guía por no saber a dónde ir, pero no es un problema a lo largo de la aventura.
Y por cierto la música, aunque poco variada por el hardware de origen, ya era bastante buena y estaba hecha por nuestro buen amigo Uematsu que tantas alegrías nos ha dado a día de hoy. Aparece incluso el mítico Prelude que ha aparecido en toda la saga.
Con lo que llevamos ahora podriamos estar ante un título más que digno, si bien nada especialmente destacable, una aventura con dragones y magias nunca sienta mal si está bien hecha. Pero queda una de las partes más importantes.