Sakurai se despide de Iwata en un emotivo artículo en Famitsu

Masahiro Sakurai ha publicado un artículo en la revista Famitsu en el que se despide de forma emotiva de Satoru Iwata. El desarrollador explica los buenos momentos que pasó y nos deja con el corazón en un puño.

"Era un hombre de virtud. Cuando una persona normal se molestaría o enojaría, Iwata nunca mostraría estas emociones, sino que trataría de analizar, organizar y ofrecer ideas. Era alguien que podía inclinar la cabeza y pedir perdón por cosas que no eran su culpa. A menudo me preocupé por sus niveles de estrés, pero él siempre hablaba con una sonrisa."

"Tenía una mente brillante. Incluso cuando la gente hablaba largo y tendido o sin un enfoque, Iwata fue capaz de decidir rápidamente resumiendo. Él fue capaz de ver el corazón de las personas y las cosas y era un maestro de la simplificación. Podía hacer de inmediato una llamada para realizar cambios y mejorar. No tengo ninguna duda de que muchas personas fueron salvadas por esta calidad."

"Él era un hombre de esfuerzo. A pesar de que no comenzó en el campo de la gestión, leyó numerosos libros de gestión, pidió consejo a la gente necesaria porque se lo iba a tomar en serio, y logró convertirse en el presidente de Nintendo. Lo que obtuvo de sus años como programador le permitió llevar a cabo muchos proyectos a largo plazo a buen término con éxito."

"Era abierto y generoso. Cosas como su Iwata pregunta o los Nintendo Direct no eran cosas que necesariamente tuviera que hacer el presidente de Nintendo, le gustaba dar la cara. Siempre estaba el riesgo de la crítica frívola. Y, sin embargo, al ser el portavoz, yo creo que él mostró la importancia de transmitir correctamente su mensaje a su público."

"Era empático. Después de que él se convirtiera en el presidente de Nintendo, escribía correos electrónicos a todos los empleados y les trataba a todos igual. Solía ​​preguntar a terceros para ver cómo la gente estaba trabajando. Como persona nunca se tomó la justicia por su mano."

"Fue el pasado enero. Cené con el Sr. Iwata en un hotel de Tokio y luego lo llevé al aeropuerto internacional de Narita para un viaje de negocios en Seattle. Todavía estaba muy saludable después de su operación y felizmente dijo: “¡Me he recuperado tanto que he sido capaz de comer esta cantidad de carne!” Durante el trayecto, hablamos y nos reímos sobre muchas cosas."