Lo primero que sorprende de la explicación de Druckmann es que, según cuenta él mismo, la rana era falsa, pero estaba creada de una manera que tenía que ser apetecible para ser devorada por una gaviota que aterrizaba sobre el piano. Sin embargo, y para desesperación del equipo, el ave no estaba por la labor de colaborar, y por el motivo que fuera, no se encontraba con apetito en ese momento, con lo cual dio al traste con la idea original.